Camboya
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Mi viaje
Mi primera parada fue Siem Reap en noviembre de 2017. Explorar la ciudad a pie y visitar el pueblo flotante en el lago Tonle Sap fue una verdadera visión de este interesante país. Sin duda, poder tachar de mi lista de deseos el templo de Angkor Wat (a menudo llamado la octava maravilla del mundo) fue el punto culminante de mi viaje. Verlo al amanecer fue una experiencia única y abrumadora, además de visitar Ta Promh, Bayon, Angkor Thom y los templos menos conocidos de Ta Nei, Preah Palilay y Preah Khan.
La siguiente visita fue al pueblo rural de Battambang. Moverse con Tuk Tuk y ver cómo viven y trabajan los lugareños en esta encantadora ciudad de ritmo lento me hizo sentir como si tuviera una verdadera visión de la vida local.
Phnom Penh la capital tiene mucho que ofrecer en términos de historia. Conocer el genocidio, visitar los campos Killing Fields y el museo S21 fue impactante y una verdadera revelación, todo demasiado real al conocer a personas con familias que fueron asesinadas o torturadas allí. Sin embargo, los camboyanos tienen una perspectiva increíble y quieren compartir sus historias para evitar que vuelva a suceder.
La ciudad costera de Kep y la ciudad ribereña de Kampot fueron lugares tranquilos e ideales para relajarse después de la agitada ciudad de Phnom Penh. Admirar el paisaje y apreciar la serenidad de estos lugares fue un verdadero placer. Disfrutar de cangrejo local y explorar el río en bote de remos fue maravilloso.
Después de estar en movimiento por un tiempo, era la hora de ir a la isla de Koh Rong la cual rebosa tranquilidad. Con sus playas vírgenes casi vacías de arena blanca y aguas tranquilas fue la manera perfecta de relajarme y terminar este viaje en el país más interesante que he visitado.