Mi viaje

 

Visité Marruecos en noviembre de 2016. Fue el primer lugar que visité con mi nueva cámara. Todavía estaba tratando de aprender su funcionamiento y ajustes, así que terminé tomando muchas más fotos con mi móvil, ya que me sentí más cómoda en ese momento.

Comenzando en el agitado Marrakech, rápidamente abracé la atmósfera con sus ruidosos zocos, artistas callejeros y encantadores de serpientes. Desde aquí pude visitar algunas de las cascadas más grandes e impresionantes que fue un buen descanso de la bulliciosa ciudad.

El siguiente fue el pueblo costero más tranquilo pero encantador de Essaouira. Un ritmo mucho más relajado para explorar los puertos, mercados y playas interminables.

Una parada rápida en Casablanca fue suficiente para poder visitar la mezquita de Hasan II, la más grande de África (y la tercera más grande del mundo). Desde aquí tomé un tren a Fez para perderme en las medinas medievales, pero también vi la gran puerta dorada del palacio real, pude ver el gran contraste entre lo viejo y lo nuevo en esta ciudad.

Una visita obligada es cruzar las impresionantes montañas del Atlas y experimentar el desierto del Sahara. Al llegar en camello al campamento, me sorprendió la caída drástica de la temperatura después del atardecer. Explorar las áreas de Zagora y Ouarzazate fue muy interesante y único.

La última parada fue Tánger en la costa norte. Esta ciudad portuaria también ofrece antiguas medinas, pero también naturaleza y paisajes costeros.